martes, 7 de febrero de 2012

Un cuarto de siglo (y de experiencias compartidas)


En este primer recorrido de tu existencia, tu belleza física ha alcanzado el cénit de su juventud, mostrándose más radiante que nunca. La interior, ésa que persigues con ahínco, crece día a día hasta asentarse en cimas de colinas inalcanzables para muchos, por muy largo que sea su trayecto en la vida.

Hechizas porque regalas, altruistamente, silencios acogedores, consejos sabios, sonrisas sinceras y alentadores abrazos. Sencillo es compartir el espacio del tiempo contigo.

En este día en el que abres las puertas a un nuevo año,  puede que el horizonte no muestre la claridad que mereces, pero, por muy adversas que sean las circunstancias a las que debas hacer frente, no dejes nunca que mermen tu espíritu guerrero y la pureza de tu alma. Mantente erguida en este pedregoso camino vital.  

Exprime una a una las gotas que conforman tus recién estrenados 25 años y no olvides nunca amar cada milímetro de la vida.

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