viernes, 13 de enero de 2012

De vuelta al hogar

Un enorme lago azul fue lo primero que encontró cuando pisó por primera vez esa tierra desconocida. La infinidad de su profundidad le arañó el alma como un gato en celo. Poco a poco, la densa niebla lo atrapó y se vio inmerso en un escenario onírico. Le costaba distinguir la realidad de la ensoñación. El viaje había sido duro, un camino pedregoso con infinidad de obstáculos lo había separado de aquel lugar desde el momento de su nacimiento. Pero, de nuevo estaba allí, y una extraña paz mitigó de un plumazo el dolor sufrido durante su existencia. Entre lágrimas, la vio. Estaba esperándolo dentro del agua, con una túnica blanca y su larga y hermosa melena oscura como únicos ropajes. Su sonrisa lo invitó a adentrarse en el lago y a tomar con fuerza su mano. Pudo verse reflejado en sus enormes pupilas, que brillaban compitiendo con el halo de una luna llena que posaba soberbia en lo alto. Fue entonces cuando ella acarició su rostro, todavía imberbe, mientras de su voz surgía la frase que lo devolvería a la vida: "Bienvenido de nuevo al universo de mi vientre".


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